martes, 29 de abril de 2014

El Tai Chi Chuan y la psicomotricidad.

El Tai Chi Chuan y la psicomotricidad.

Durante la práctica debe de existir una estrecha relación entre la flexibilidad y la estabilidad, la respiración, la continuidad y la fluidez del movimiento.
La perfecta armonía entre todos estos factores hacen resaltar los beneficios del Tai Chi sobre la tonicidad y la motricidad.
Todos los movimientos son realizados de forma unificada, sin rupturas.
Los movimientos parten de la cintura en donde está situado el centro de gravedad del cuerpo (la cintura: es el amo y el cuerpo: el criado).
La forma circular de los movimientos, la experiencia de la energía y su dirección, interior y exterior, constituyen la base de este principio de globalidad y unidad.
El ejercicio del Tai Chi ayuda progresivamente a sentir la unión entre relajación y estabilidad en el movimiento.
En la práctica se aprende a guardar la energía que no es débil ni rígida. Así el abatimiento, la crispación y la discontinuidad del gesto ceden poco a poco a una armonía de gestos y posturas.
Este aspecto está relacionado en una regulación de la respiración que se hace más profunda, lenta y regular.
Contribuye así mismo a un mejor empleo y a un control más consciente de la energía.
Descubrir con la atención la relación entre la dirección del movimiento, la flexibilidad y la respiración abdominal es el medio para alcanzar este equilibrio tónico.
En el tratamiento de las personas disminuidas en el plano motor, el aporte del Tai Chi puede ser muy beneficioso.
Dos aspectos importantes aparecen relacionados con este tema: la globalidad del movimiento y las posturas ayudan a la persona a sentir una parte del cuerpo en relación con su cuerpo entero, por otra parte la práctica despierta una sensibilidad que contribuye a integrar la parte corporal disminuida.

El Tai Chi Chuan y la psicomotricidad.

En el caso de lesiones perdurables y difíciles de sanar, los ejercicios del Tai Chi  pueden desarrollar una percepción más unificada del cuerpo y a la vez contribuir a una mejoría.
Aspectos psicoterapéuticos: la inhibición del cuerpo puede expresar la pena, la angustia, la desconfianza consigo mismo, etc.
La práctica del Tai Chi Chuan puede contribuir a remediar y favorecer una armonización y una liberación progresiva del movimiento, de la respiración y de la atención.
La práctica lleva a sentir la fluidez de los gestos, hallarse arraigado a la tierra, descubrir la suavidad en la actividad que influye sobre la mente y percibir cómo nos volvemos menos rígidos y más flexibles.
La conciencia de uno mismo en la acción, una mayor percepción del espacio desarrolla a la vez una diferenciación y una unificación entre uno mismo y el exterior, entre dentro y fuera.
La atención en la respiración permite que a poco a poco las imágenes y los pensamientos se expresen sin que uno sea invadido por esa actividad interior.
La práctica ayuda a percibir el movimiento de la energía interior, a sentir y a contener la ola de la actividad mental y emocional sin huir y sin luchar.
Desarrolla la capacidad de percibir las imágenes y los sentimientos inconscientes que se corresponde también al principio de atención y de no luchar que es la base del Tai Chi Chuan.
Comporta un beneficio terapéutico cuando uno lo practica con constancia.
Tradicionalmente se ha dicho que el Tai Chi Chuan favorece la longevidad.
La práctica del movimiento y la circulación de la energía, la acumulación del aliento en el abdomen producen un efecto regenerador.
El aliento interior es la fuerza vital. Por esto, cuando se dice que el Tai Chi es beneficioso para la longevidad, significa no solamente que la práctica contribuye a un mejoramiento y a una regeneración celular de todas las partes de nuestro cuerpo, sino también que el aliento interno unificado proporciona una salud vigorosa.

El Tai Chi Chuan y la psicomotricidad.

El efecto preventivo del Tai Chi Chuan. La práctica desarrolla progresivamente un equilibrio interior entre el cuerpo y la mente.
Las energías dispersadas en el cuerpo provocan las enfermedades cuando las mismas circulan de una forma desordenada y caótica.
El Tai Chi Chuan ayuda a sentir, a unificar y a guiar estas energías. La medicina tradicional china atribuye las enfermedades a un desequilibrio entre el Yin y el Yang, para remedarlo es necesario disminuir el exceso de uno y evitar la insuficiencia del otro.
La armonía de la práctica aparece aquí en su dimensión psicosomática.
Favoreciendo este equilibrio y esta unificación interna, el Tai Chi permite transformar la alternancia de tensión y depresión que uno se encuentra en la vida cotidiana.


Reencontrar esta fuente de unidad que puede aportar el Tai Chi Chuan no es un repliegue sobre la práctica misma, sino lo contrario, ofrece la posibilidad de sentirse "vivo" para actuar con estabilidad y confianza.

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