martes, 4 de noviembre de 2014

Pedagogía del wu-wei.

Pedagogía del Wu Wei

Cultivar el Tao con el wu-wei proporciona beneficio a la persona porque consigue más energía. En el gobierno de un país su efecto es la paz y tranquilidad para el pueblo.

En la pedagogía del wu-wei se enseñaba a la persona a dejar que las cosas sigan su curso natural, sin forzar las acciones de la naturaleza y del hombre mismo. Se considera que todo sucede según los designios del Tao; además, el propósito final es lograr la armonía entre la naturaleza y el cosmos en su totalidad; para ello, el ser humano debe necesariamente ajustarse a los ritmos de él.
En efecto, en la educación del practicante taoísta se asume esta experiencia de unión entre el hombre, el cielo y la tierra, como condición indispensable para lograr el equilibrio: el ser humano, cumple la función de mediador entre cielo y tierra. En el trasfondo del concepto del wu-wei está la idea de un retorno a la acción espontánea, como la del niño que juega únicamente por jugar, como la del viento que mueve los árboles, como la del río que corre por el placer de encontrarse con el océano o de las olas del mar por llegar a la playa. En resumen, como dice Alan Watts en su libro El camino del Tao4, recordando las enseñanzas de Lao-Tsé: el Tao nada hace, y sin embargo, nada queda sin hacer.

Estas famosas palabras de Lao-Tsé no pueden ser tomadas en su sentido literal, puesto que la pedagogía de la “no acción” (wu-wei) no equivale a inercia, pereza, laissez-faire o mera pasividad. Wu-wei, en el sentido de “no forzar”, es lo que expresa cuando nos referimos a seguir la corriente, orientar las velas con el viento, seguir la marea en su fluir, adaptarse para conquistar.

Tensa un arco hasta su límite y pronto se romperá; afila una espada al máximo y pronto estará estropeada; amasa el mayor tesoro y pronto lo robarán; exige créditos y honores y pronto caerás; retirarse una vez la meta ha sido alcanzada, es el camino de la Naturaleza

No se puede dejar de mencionar en este contexto pedagógico el principio del Taiki dentro de los fundamentos del taoísmo; de dicho principio nace el .Taichi, arte marcial interno que permite a través de su práctica constante y bien coordinada alcanzar un estado de felicidad y equilibrio general que favorece la preservación y recuperación de la salud, suscitando la longevidad y equilibrando las funciones fisiológicas y psíquicas del ser humano, suministrando apoyo para el desarrollo y el crecimiento personal. Para el sistema educativo chino era necesario entrar en un especial contacto con el propio cuerpo; de esta manera se lograba equilibrio, flexibilidad, fluidez y armonía con el universo, llegando al concepto clave para entender la propuesta pedagógica del taoísmo: el de vacío.
José Arlés Gómez A

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